Introducción y Bienvenida
El Tarot: Un Sabio Consejero
Hay muchas y variadas formas de explicar el Tarot, de ahí la gran cantidad de libros que hay al respecto.
Es un sistema de conocimiento. Es un mapa de ruta, un gran libro sin palabras pero con imágenes que sugieren ideas y contenidos.
Para algunas personas es un método de previsión y adivinación o una manera de tener todas las situaciones (al menos aquellas que se consideran más importantes) bajo control. Para otras es una manera de calmar la ansiedad que les genera asomarse al futuro.
También es una forma de conocerse y reflexionar, una vía de exploración interior. Incluso hay quien lo suele utilizar como instrumento de sanación. Al igual que los sueños, este sistema de conocimiento es una forma de dar cuerpo, voz y voto a nuestro vasto inconsciente.
El Tarot es un motor que puede ponernos en marcha. Es una lupa que ayuda a ver la letra pequeña de cada momento vital. Es una vía para escuchar al mejor consejero que tenemos: nosotros mismos. Es una escuela de vida, una manera de estudiar la vida, una filosofía, un puente que nos une a lo más sagrado.
El Tarot es nuestro Pepito Grillo. Es un estímulo que abre el campo de la conciencia y hace que los elementos más inconscientes se revelen ante nuestros ojos. Es una forma de tener los pies en la tierra y echar raíces. Es una máquina de imaginar. Es una manera de tocar el cielo con las manos.
Es una ayuda, un reto y un desafío. El Tarot es todo eso y mucho más. Es una práctica herramienta y sus resultados dependen de cómo lo vayamos a utilizar.
Cuentan que un humano perdió su camino una, dos y mil veces. Cada vez que se perdía, los dioses le enseñaban algo nuevo. Con el tiempo se perdió tantas veces que se volvió sabio. Cuando finalmente encontró su camino, fue tan feliz que quiso compartir cuanto sabía con el resto del mundo. Entonces se puso a escribir un libro, pero pronto descubrió que no podía enseñar nada.
Lo único que había aprendido durante todo ese tiempo era el derecho que cada uno tiene a equivocarse y encontrar su camino. Los dioses le sonrieron con gran misericordia y le enviaron hermosos sueños para que los compartiera con otros humanos que quisieran escuchar lo más sagrado. Cada uno de los sueños estaba compuesto por una y mil imágenes. Todas ellas conforman el Tarot.
El gran maestro Eliphas Levi lo definió de la siguiente manera: «Existe un libro que a pesar de ser muy popular y fácil de encontrar es el más desconocido y oculto de todos porque contiene la clave de todas las lecturas. Es un libro que resume todas las ciencias y cuyas combinaciones infinitas pueden resolver todos los problemas, es un libro que al hablar hace pensar.
Tal vez sea la obra prima del espíritu humano y, sin lugar a dudas, es uno de los más bellos legados que la antigüedad nos ha otorgado.»
El Tarot está compuesto por 78 cartas, con 22 Arcanos Mayores y 56 Arcanos Menores. Los Arcanos Mayores apuntan a las grandes creencias vitales, mientras que los Arcanos Menores señalan experiencias más concretas. Estos últimos se componen de cuatro palos (Bastos, Copas, Espadas y Oros) que contienen catorce cartas cada uno.
Al igual que el I-Ching resume la tradición esotérica de Oriente, el Tarot hace lo propio con la de Occidente y ancla sus raíces en el hermetismo, la astrología, la numerología, la cábala, la alquimia y corrientes filosóficas como el neoplatonismo.
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Anna Marie
Soporte